Anulación Instantánea

Anulación Instantánea

 

Algún día, sin advertencia en un momento completamente desconocido, Dios se volverá a Jesucristo, para darle el mandato de avanzar y arrebatar la iglesia al Cielo. Precisamente en ese instante (el rapto), todas las cosas que estamos haciendo, pensando o planificando sufrirán anulación instantánea. En otras palabras, al ser arrebatados hacia la esfera celestial, todas las cosas terrenales ya no importarán, no tendrán ningún efecto, serán rotas.

 

En el Cielo, todos los Cristianos resumirán sus vidas en la tierra respondiendo a la simple pregunta: “¿Que hiciste para avanzar el Reino de Dios?” Aun cuando seas uno de los más ricos en el mundo o uno de los más pobres, en cálculos celestiales, ambos tienen la misma condición. Sólo las obras que llevaste a cabo con amor, en caridad, y para la gloria del nombre de Dios serán transformadas en riquezas celestiales.

 

Muy a menudo, nosotros los Cristianos, quienes sabemos del mejor mundo venidero, nos permitimos ser distraídos por los obstáculos de la vida. El que no es salvo no tiene una consciencia del reino eterno y tiene una buena excusa para estar distraído. Esta es la única existencia de la cual están conscientes, pero ¿cuál es nuestra excusa?

 

Realmente pienso que muchos de nosotros no nos damos cuenta de la increíble transformación que implica el rapto. Cualquier situación en tu vida que aparentemente te tiene atado permanecerá aquí abajo el día que seas levantado a la gloria. SI eres como yo, puedo pensar de varias situaciones que me gustaría dejarlas atrás. He listado abajo algunas de los principales ejemplos de por qué uno debería desear por una anulación instantánea.

 

      Problemas de salud

      Problemas en el trabajo

      Fracasos morales

      Privaciones financieras

      Problemas legales

      Fracaso de negocios

      Dificultades matrimoniales y de relaciones

      Problemas en el colegio

      Angustia mental

 

Aquí hay algunas situaciones más específicas que pueden o no aplicarse a ti:

 

      Tu único amigo en la vida persigue ardillas y se llama Fido.

      Estás tan enfermo que la compañía de tu seguro de vida continuará en base de semana a semana.

      En el colegio, estas reprobando todo a excepción de pasillo de estudio y almuerzo.

      Tus hijos están en tantos problemas que la policía tiene más fotografías de ellos que tu.

      El dinero de todo el mundo habla -pero el tuyo solo tartamudea.

      Tu carro está tan oxidado que pesa la mitad de lo que pesaba cuando nuevo.

      Tu sitio de web está obteniendo dos accesos al día, tu y tu hermano.

      No estás siendo afectado por inversiones financieras, ya estás en bancarrota.

      Tuviste que dejar ir a tu criada porque tu esposo no lo permitía.

      Cuando niño, tus padres ambos te ayudaron a escaparte de la casa.

 

Muchas personas toman gran objeción a la idea de cualquiera que piense con gran ilusión en el rapto. Una estribillo popular reprende a los que creen en el rapto por “estar pensando tanto en el cielo que no son de ningún beneficio terrenal.” ¿Hay algún problema en pensar en las cosas celestiales? Lo opuesto parece ser verdad. No puedo encontrar en ningún pasaje de las Escrituras en el Nuevo Testamento en donde Jesús o cualquier otro autor nos advierta de no trabajar tanto sobre el retorno de Cristo. En varios pasajes, sin embargo, se nos ordena vigilar y esperar:

 

Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre. (Lucas  21:36 LBLA)

 

Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios.

(1Tesalonicenses 5:6 LBLA)

 

Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora. (Mateo 25:13 LBLA)

 

y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. (1Tesalonicenses 1:10 LBLA)

 

Para muchos Cristianos, las preocupaciones de esta vida es todo lo que importa. Me temo que cuando Jesús venga en el aire y llame a su Novia, El podría utilizar una palanca para  forzar unos pocos creyentes a regañadientes de sus posesiones terrenales. A medida que el mundo se corrompe más y más, muchos serán dejados atrás por que amaron demasiado a este mundo.

 

Una de las mentiras más grandes que el diablo difunde es que nuestra existencia aquí en la tierra es más deseable que la vida arriba en el Cielo. Frecuentemente se compara el ir al Cielo con el ir al odontólogo. Sabes que eventualmente tendrás que ir, pero con un poco de suerte no hoy. La verdad es, si alguien habría de gastar solo cinco minutos en la gloria, estoy seguro que él lamentaría tener que regresar a este mundo manchado con el pecado.

 

“Sino como está escrito: COSAS QUE OJO NO VIO, NI OIDO OYO, NI HAN ENTRADO AL CORAZON DEL HOMBRE, son LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LE AMAN.” (1 Corintios 2:9 LBLA)

 

Veo la posibilidad que alguien esté demasiado preocupado acerca del regreso del Señor como un problema casi tan grande como un ejecutivo de una aerolínea demasiado preocupado por la seguridad de un vuelo o por el dueño de un restaurante demasiado preocupado por el desperdicio de comida.

 

Dos ejemplos demuestran la confusión de nuestros valores con respecto a la preocupaciones terrenales y celestiales:

 

Una vez, tuve un jefe Cristiano quien era nuestra Primera Camisa interino del escuadrón (la persona encargada de todos los asuntos disciplinarios). Yo estaba trabajando en mi oficina, y él entró todo disgustado, le pregunté cual era el problema. Entonces me dijo que había regresado de otro escuadrón, donde se había ocupado en una argumento animado con el Oficial de ese escuadrón sobre un joven aviador. Aparentemente, el joven aviador había recientemente aceptado a Jesús como su Salvador y había decidido deshacerse de todos sus discos de Heavy Metal. También decidió que no quería ir más a beber con los muchachos, prefiriendo en su lugar leer la Biblia. Bueno, las cabezas señalando pensaron que estaría en peligro para si mismo. Lo retiraron de la condición de aviador y estaban por enviarlo a ver a un psiquiatra. Mi antiguo jefe les dio una charla y arregló el asunto.

 

Aquí en Nebraska, el equipo de football Cornhuskers disfruta de inmenso seguimiento. De hecho, los únicos que no conocen acerca de los Huskers son recientes de otro país o residen en el cementerio local. Bueno, cuando los Huskers ganaron el campeonato por segunda vez, un admirador entusiasmado corrió desnudo por la Calle Principal para celebrar la victoria del equipo. ¿Le tiró alguno una red sobre él o trataron de enviarlo al psiquiatra? No. Sus acciones fueron consideradas ser perfectamente normales.

 

Si los Cristianos siguieran como los admiradores deportivos, ¿Qué pensaría el mundo de nosotros? Francamente, pienso que la idea que los creyentes no deben trabajar tanto acerca de su Salvador es un concepto que proviene directamente del pozo del infierno.

 

Así como algunas personas tienen sus razones para anhelar el regreso del Señor, otros tienen sus razones para ignorar acerca del rapto por venir. Amo preguntarle a las personas sobre el regreso del Señor. Aquí hay algunas excusas que he recibido de las personas explicando por que no están interesadas en el rapto:

 

      Todavía tengo toda mi vida por delante.

      Cristo no va a venir sino hasta mucho después de mi muerte.

      Esto de demasiado aterrador para siquiera pensar en ello.

      Quiero jugar Basketball (relacionado con el colegio).

      No creo en el rapto.

      No creo en el Cielo.

      No creo en Dios.

      Prefiero ir al otro lugar con todos mis amigos.

      Cristo no va a regresar hasta que el mundo mejore en su comportamiento.

 

El próximo evento del cual los Cristianos deben estar muy conscientes es del rapto pretribulación. Cada día, pensamos acerca de la comida, trabajo, dinero o sexo, pero ¿cuántos pensamientos le dedicamos a los asuntos eternos? El rapto es infinitamente (en el sentido literal) más importante que cualquiera de estas distracciones carnales. Es muy crítico que todos nosotros estemos listos para este evento glorioso. La mayoría de la humanidad no estará lista para cuando el llamado para, “Venir aquí arriba”, sea dado. El problema no será que Dios fracaso en considerar al hombre en Sus planes, pero que los hombres fracasaron en considerar a Dios dentro de sus planes.